WASHINGTON. AFP. La aparición en la prensa de detalles del ataque contra Osama bin Laden en Pakistán está
provocando una lluvia de críticas contra la Casa Blanca, acusada de no saber guardar secretos y de comprometer las operaciones futuras.
Tras la operación del 2 de mayo contra la residencia del jefe de Al Qaida en Abbottabad (Pakistán), han ido apareciendo cada día nuevos detalles sobre la operación de las fuerzas especiales estadounidenses. Al día siguiente, el director de la CIA, Leon Panetta, confirmó que el asalto estuvo a cargo de los Navy Seals, el grupo de las fuerzas especiales de la Marina estadounidense. Pero ante la insistencia por parte de los periodistas para conocer nuevos detalles, algunos responsables estadounidenses identificaron de manera anónima la unidad concreta de los Seals -supuestamente secreta- que intervino en el ataque. También revelaron la utilización de un helicóptero hasta entonces desconocido, la existencia de una casa secreta de la CIA cerca de la de Bin Laden y una retahíla de detalles sobre los documentos recuperados tras el ataque. Para Michael Scheuer, un ex agente de la CIA, las filtraciones de la administración Obama están "fuera de control".
"Las informaciones sobre el helicóptero furtivo, sobre la casa secreta de la CIA, sobre los hábitos de Bin Laden, sus contactos... Todo esto compromete las futuras operaciones" y las hará "más difíciles y probablemente más peligrosas", añadió. Hay quien señala a la Casa Blanca como responsable de estas fugas de información, pero otros sospechan de los diputados, de los senadores y sus equipos que estaban al corriente de la operación. El secretario de Defensa Robert Gates, un veterano de la CIA, manifestó públicamente su irritación el jueves y afirmó que los principales colaboradores del presidente Barack Obama, reunidos en la Casa Blanca para seguir la operación en directo, habían aceptado mantener en secreto los detalles.
"Todo se hundió el lunes, al día siguiente", se lamentó. Según él, no se trata de criticar a nadie en concreto, sino de manifestar su inquietud frente a la divulgación de secretos esenciales para la seguridad nacional, explicó su portavoz Geoff Morrell.
Bin Laden entre niños y mujeres
WASHINGTON (AP) — Rodeado por el bullicio de sus múltiples familias dentro de paredes altas que le daban refugio en una casa con una apariencia de prisión, Osama bin Laden trabajaba sin cesar en una computadora, dictando directrices a su imperio terrorista, disperso y atribulado. Bin Laden instruía a los miembros de al-Qaida: ataques que causaran un gran número de víctimas, pero en su mayoría fueron golpes de menor escala. La información de espionaje más reciente incautada en el escondite de bin Laden ofrece un cuadro complicado del fugitivo, por un lado comprometido profundamente en la violenta misión de su vida, pero por el otro algo cansado y distraído. En el interior del recinto en la ciudad paquistaní de Abotabad, el líder extremista se mantuvo ocupado en confabulaciones, ensayando y grabando mensajes de propaganda, y enviando mensajeros a cibercafés remotos para que mandaran desde allí sus correos electrónicos guardados en memorias flash. Los comandos que le dieron muerte a él, a un hijo adulto y a otras dos personas encontraron 23 menores de edad y nueve mujeres (inclusive tres de sus esposas) en la casa de tres pisos, semioculta detrás de paredes manchadas.