Tener una buena imagen, lucir atractivo y vestir al último grito de la moda parecen ser los modernos requisitos para encontrar el amor. La competencia se torna difícil por ganarse un corazón en el mercado de los enamorados.
La demanda se acrecienta y las ofertas siguen el mismo ritmo. Dicen que el amor es ciego, pero de esta frase parece quedar muy poco.
Sin embargo, tener un corazón sin cara ha vuelto a estar de moda. Prince Royce, un joven cantante y tal vez inexperto en el amor, trajo al país su música, la cual ha servido para despertar el amor propio de miles de jóvenes femeninas.
Emocionadas y apartando los temores y complejos, las seguidoras fueron a abrirle su corazón al príncipe Royce.
Cuando se trata de sorprender al ser que se ama, consciente de que se vive de lo superficial, se recurre a las ropas y al maquillaje. Pero “Corazón sin cara”, logró hacer renacer la confianza de muchas féminas en sí mismas para darse la oportunidad de sentir la libertad del amor.
El amor de la música
La esencia sale a la luz para esfumar las apariencias, pues “ya le contaron que se acompleja de su imagen, sin darse cuenta de que es hermosa sin maquillaje”.
La esencia sale a la luz para esfumar las apariencias, pues “ya le contaron que se acompleja de su imagen, sin darse cuenta de que es hermosa sin maquillaje”.
Todos luchan por lograr la perfección y a fin de cuentas nunca la alcanzan. Ser gordita o flaca, blanca o morena ya no importa, porque es indudable que el corazón no tiene cara.
Pescar el amor con el anzuelo de la belleza puede funcionar por momentos, pero los años transcurren, y siempre salen victoriosos acomodándose en cada poro de la piel.
Prince Royce vino a robarse el corazón de sus fanáticas y lo dejó claro cuando dijo que venía para ver a los dominicanos. Asimismo, para demostrar en cada hermoso acorde que debajo de tanta “bonitura” se esconden muchos complejos.
Con “Stand by Me” recordó que saberse amado, deseado y añorado es el mejor antídoto para la inseguridad, el miedo y la soledad.
El desconcierto y el temor desaparecen cuando la persona amada permanece ahí, sin condiciones, adorando hasta el respiro y el susurro de la otra persona.
Escuchar la voz amada decir en el oído que “tú sabes que eres mía, solo solo mía, y yo soy tu dueño, tu amor perfecto y nadie podrá alejarme más”, hace que mariposas revuelen en el alma.
Las viejas cartas románticas y las serenatas a la luz de la luna frente a los balcones han desaparecido, pero el amor nunca muere y en su lugar quedan letras que suenan al son de nuevos y frescos ritmos.
Prince Royce demostró que aún se puede creer en el amor a través de la música.Millones de historias hallan su lugar a través de ella.
La música es el lenguaje de la esencia humana. Es perfecta para ofrecer destellos de amor al ser querido y sus letras seguirán conmoviendo a millones de corazones al ritmo de la bachata.
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